“Ha pasado su vida entre lámparas traídas de Europa, las mismas que restaura con el detalle de un artesano medieval. Crea también sus propias lámparas y alquila otras para eventos. Reconoce al tacto el Murano, Baccarat, Bohemia, Schonbek, Mariner y Maria Teresa en su almacén-taller de San Antonio.”
Difícil imaginar que en Colombia existe un oficio que estuvo acreditado por siglos en Egipto, en la Florencia que mira al Arno, en Venecia, en la Roma imperial, y que es tarea de alguien que ama lo minucioso, la recuperación del tiempo ido para convertirlo otra vez en luz: el restaurador de lámparas.
En el barrio San Antonio de Cali, en una casa que parece extraída de los siglos XVIII y XIX, está Edwin Castaño, El Lamparólogo, un hombre que lleva más de treinta años viviendo entre lámparas, las mismas que trata con la seriedad de un entomólogo. Importa todo lo que tiene que ver con estas obras de arte traídas a Colombia desde Europa y el resto del mundo.
Lámparas Antiguas, Contemporáneas y Modernas, pasan por las manos de este artesano, logrando recuperar la historia de este tipo de arte.
Aquí las lámparas hablan una lengua de otro tiempo. Son la luz del pasado, y el resplandor del presente.
Es preciso entender que la restauración de lamparas debe estar en manos de personas altamente calificadas para la correcta recuperación de valiosas piezas; se requiere de una basta experiencia con lámparas preciosas y delicadas, también de ingenio para recuperar y transformar lámparas que se daban por perdidas o desechadas, en manos de este artesano se logra recuperar mucho patrimonio particular y público permitiendo así volverlas a lucir.
Edwin conoce ya todos los secretos de la iluminación decorativa, y es así como es llamado para restaurar las lámparas de la Catedral de Cali, el Teatro Municipal, el Club Colombia, la Catedral de Palmira, la Hacienda Casa Oriente, el Museo de la Caña, el Ingenio Mayagüez, hoteles intercontinental, Dann Carlton, Obelisco, además de otras centrales cañeros, como Ríopaila y Providencia.
Castaño es un creador; las lámparas que exhibe hoy en su tienda taller, son de su propia inspiración. Diseños únicos que hoy son admirados en Colombia y otras partes del mundo. Así, su espacio es reconocido también como líder en la elaboración, restauración y diseño de pantallas.
En los últimos años ha incursionado en el mundo de la banquetería, con alquiler de lámparas y candelabros que embellecen ambientes.
Muchas de las lámparas que hoy se ven ahí, contienen cristal Murano, Limoges y Sèvres.
Hijo de antioqueño y de caucana, nació en Cali en 1963, en cercanías de Jamundí. La casa de San Antonio la ocupa desde 1992. Ahí entendió que una lámpara puede personalizar un estilo, algo que hace para los arquitectos con base en los materiales que moldea; hierro, bronce, cobre, cristales y piedras importadas de Egipto, Marruecos y China.
Una reina de su lugar es la lámpara “María Teresa”, producida por checos, italianos, alemanes y austriacos. Los nombres de estas divas de luz, estaban casi siempre asociadas a la monarquía europea. De hecho, en Cali se conoció por mucho tiempo, la denominada “Lámpara Imperial”, las “venecianas”. Por la fundición de una lámpara sabe si es francesa, italiana o española.
El lamparólogo: Termino no definido en el diccionario de la Real Aacademia Española que identifica al artesano calificado para la creación, restauración y manejo de Lámparas Decorativas.